sábado
A nueve días de convertirse en tres meses ha tenido que pasar. Si el tiempo me hubiese hecho esperar más hubiese dicho que por favor, no más. Y ha tenido que ser hoy, cuando me he ido con la cara larga y un beso de despedida a desgana cuando te has tenido que dar cuenta. Zanjamos los fantasmas, olvidamos lo que no sirvió de nada. Tres... Tres meses desde aquel cercano encuentro, el cumpleaños de alguien importante, un primer beso, un mes después tus brazos lejos y un torrente de lágrimas que hubiesen bastado para llenar aquella botella de Brugal. Somos tu y yo. Y me cuesta creerlo y a la vez me apetece llorar. Reconozco tu seguridad, me tiemblan las manos al hablar y es ahora, cuando tus "te quiero" me saben de verdad. Te odio tanto como te siento, me enfado y me gustaría pegarte, pero una paliza de estas de verdad, berrearte, patalear sabiendo que no podría hacer más hasta que mis fuerzas decayesen y con ellas mis lágrimas. Porque a veces creo que no entiendes que te antepongo ante miles de oportunidades, que iría a buscarte a cualquier lugar, que siempre te cuidaré con el más mínimo detalle. Si pudiese te encerraría en una foto para así poderte recordar de manera no sentimental. No te puedes imaginar como odio tu manía de querer ser mejor que yo en todo, aunque amo la manera en que luego te corriges y buscas camuflar tu error. Me encanta como se mezclan el humo de nuestros cigarros, el detalle de que acabes fumando el mismo paquete que yo, que a veces, aunque lo niegues, me mires con admiración. Al hablarte de los pájaros, al enseñarte este cuadro, cuando recuerdo una cita de cualquier canción. El agridulce sabor de los besos que dicen "que te calles de una vez" y la frikada de ver juntos la saga entera de Star Wars. Saber que me quieres cuando al compartir mi cama, a pesar de estar asustado, me abrazas, dormimos, apreciamos a Chaouen y pronuncias un suave "te quiero" que se hizo sordo para tus oídos. Tienes un algo que simplemente no me permite vivir sin ti. Gracias. Por enseñarme otra manera de vivir, por hacer que de alguna manera a tu lado me vea menos niña y sobretodo, gracias por hacerme querer a los dos niños más tiernos que he llegado a conocer.
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