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miércoles

I will always want you

El tiempo pone a cada uno en su lugar. He llegado a creer que esa frase construyó los pilares de mi cama de tanto escucharla. El tiempo, tan lleno de silencios y gemidos, palabras y rotaciones al sol que parece que va a venir y ya se ha ido. El tiempo, que no se pierde, que siempre es presente, que es el terciopelo de la muerte, que no se puede conceder, que es concedido y el tiempo, que da de beber las noches en que sueño y de mamar a los relojes del cielo, y el hombre que mata el tiempo hace un suicidio. El tiempo, que va, que viene, que si, que no, que campa y llueve en tu corazón. El tiempo que quiere tener razón. El tiempom que no es más que el tiempo que se va en las caladas de mi pobre corazón. El tiempo que no es más que una excepción vital en el silencio de tu pobre corazón. Y de tanto tiempo, de tanto privar, me he privado de verte. Es imposible luchar contra corriente, es incoherente. A estas alturas me sigue pareciendo cruel pues mis palabras nunca fueron claras y no hablemos de eso que a mi corazón ablanda. Me he proclamado hija de puta suprema, mi madre ha llegado a llamarme reina de la codicia y que no hay quien me quite mi suerte. Han visto en mi una zorra mala, yo solo quise hacer el bien. Y pasa, ocurre cuando buscas eso que en realidad sabes que no quieres. Errar es de humanos, todos tenemos derecho a equivocarnos mil y una vez. Pero esto no tengo que explicarlo, no a nadie que lo exija aún sabiendo que nunca me perteneció. No quiero teatro, no te atrevas a decir que simplemente me fuí, sabes que siempre te querré...

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