Dicen que las tormentas son el fenómeno natural más perfecto que existe. El equilibrio de la destrucción y amar de nuevo la vida. Vivir, morir, resucitar. Hay personas que llegan a tu vida como si se tratara de una tormenta. Te hacen durar, pensar, te hacen reír, llorar. Aparecen de la nada para romperte los esquemas. Y ahí está el. Apareció quitandome las horas del día para después abastecer la noche. Dejándome la conciencia intranquila después de cada reproche. Y reía, claro que reía. Porque irte a la cama con una sonrisa es un privilegio. Después llego el miedo, como de costumbre, para quedarse. Se quedó, para siempre. Pero el me escuchó, me hablo. Y después de hace mucho tiempo, de perder la ilusión y las ganas de sonreír, vino para crear mis mejores recuerdos. No se como agradecerselo, no se si lo haré. Pero ojalá no cese este momento y me devuelva las ganas de vivir. Dicen que un cuerdo necesita de un loco. Y un loco necesita de un cuerdo. Pero ¿que pasa cuando se juntan dos locos que viven de los sueños?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario