domingo
Shine
Pensaba que había escenas que solo ocurrían en las películas. Hasta que descubres que tienes gente a tu alrededor que te dan un martillo y la posibilidad de destrozar cosas. De gritar, patalear, llorar. Ninguna de estas a sucedido. Solo el golpe contra la madera, las insaciables ganas de dejarlo estar. La ignorancia. El menosprecio. Madrid estaba preciosa esta mañana, sonriente, gracias al sol brillaba. La gente reía. Algunos en silencio lloraba. Y por primera vez, no me encantaba.
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