A ti te encantaba sacarme de mis casillas y yo, que nunca estuve a gusto en ellas, me peleaba con tus ganas de serlo todo en un mundo en que no teníamos nada más allá de las ganas de volvernos locos, y trazarnos a versos a golpe de bisturi en la espalda. Terminamos como empezamos, de repente, pero con el alma hecha pedazos, con la decepción clavada en el cuerpo, con la desilusión cubriéndome los ojos.
A ti te llenaban de orgullo los versos de dolor porque al menos en aquel instante, alguien latía, y era por ti.
Pero lo cierto es eso, que no fuimos más que un puñado de versos, una historia de amor imposible, algo que contarle a mis adentros. Unas lágrimas a desatiempo, y un pasado del que ya apenas puedo entender. Fueron inciertas mis ganas de más, fue demasiado, fue innecesario,fue injusto, fue todo lo que nunca tuvo que ser.
Pero fue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario