«Tenemos que construir un futuro juntos», decías,
mientras colocabas a mi alrededor
un precioso cerco de ladrillos.
«Tenemos que construir un futuro juntos», decías,
mientras colocabas a mi alrededor
un precioso cerco de ladrillos.
Es imposible creer que no volvería a escribir desde el dolor. IMPOSIBLE. Pero si creí cierto que podría empezar a hacerlo más desde otros sentimientos. Conozco muy bien mis lágrimas, las echaba de menos. Y estas sin duda son de frustración. Creo que voy a empezar a rendirme en ciertos aspectos. O quizás en personas ¿debería rendirme? ¿De mí misma? No entiendo cómo es posible que empatice hasta tal punto de entender todos los puntos de vista y los porqué. Siempre entiendo que hay varios puntos de vista. La gente se acostumbra. Siempre estoy ahí. Y no sé cómo lo hago que poco a poco me hago invisible. Ya no queda nada de mí. Hasta que no esté ¿por qué la gente es así? ¿por qué se acostumbran a lo bueno y luego se confunden cuando te decides ir?