Empiezo a perder la cabeza. Cada vez que salgo de casa vuelvo a ser yo, sonriendo, llena de energía capaz de alegrarle a cualquiera el día. Me siento tan feliz por saber lo bien que les va a los demás... A mi me va bien. Pero no el bien que quizás quiero. A veces, cuando llego a casa pienso que mi error es no dejar los sentimientos claro. Le quiero, si, y que? Eso no va a cambiar nada hasta que no amueble mi cabeza y sepa lo que es querer a alguien sin pertenecerle
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