martes
Se queja cuando digo que me vuelvo loca. Dice que si me rayo yo, se raya él. No estoy hablando de comerme la cabeza, amor, hablo de perder el control. Me hace gracia que no te duela la cara, o al menos la mitad de ella, causada por esa constante media sonrisa. Me vuelvo loca de verte y no hablemos de tocarte. Seguridad, me siento en casa cerca de los tuyos, me siento incómoda de pensar que quizás ellos no me vean así pero me encanta verles reír, me avergüenza hablar a ver si quedo mal. Y jugamos, siempre acabamos en el agua, como bien dices, acabaré teniendo mi propio estante con ropa, por si acaso. No voy a hablar de que está pasando, se que te acojonan esas pequeñas dudas que tengo, se llaman inseguridades, pero acabarás acostumbrándote. De verdad, no sé como hemos llegado a esto
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