La empatía es un arma de doble fijo, según cómo la utilices. No significa que tengas que ponerte en la situación de cualquiera, plantearte las diversas realidades que puede estar viviendo una persona, ni siquiera significa que tengas que justificarle. Ni darle oportunidades. Entonces ¿Por qué lo haces? Yo lo dije en su momento, no soy buena manejando mis sentimientos. Río, lloro y grito en el momento, no me lo pienso. Me acelero o quizás dejo de respirar, dependiendo.
No es tu culpa. Es mía. Por haber vuelto a confiar en que al preguntarte si contaba contigo, tu respuesta sería sí. Y fue sí, y yo me llené de alegría. Pero las palabras son efímeras, ¿verdad? Porque no apareciste cuando te necesité. No lo hiciste la última vez ¿por qué iba a ser distinto? No eres la misma persona que me hizo salir de casa en la madrugada con un "me quedo". Ahí me mentiste por primera vez.
Soy una dramas, lo sé. Pero si no me cuento una película, volveré a caer. Empatía dicen. O que me arriesgué. Recuerda, ya no eres magia, ni otoño, ni tan siquiera invierno. Eres.
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