Estoy loca ¿Tú crees? Pero no de esas que le dan arrebatos, hablo de las que tienen bichos feos dentro de la cabeza. No lo sé, no ¿verdad? Bueno, da igual, no le pienso buscar solución. Son cosas raras, a veces hago cosas que son inexplicables, me da por perderme en el hielo de sus ojos como si él no fuera persona, por ejemplo. También me gusta quedarme con olores, luego los recuerdo. Con imágenes menos, es decir, si con fotos, pero no con una imagen en la mente porque al pensarla se convierte en vídeo. Me gusta hacer el tonto con los bichos y bautizarles, la gente se ríe conmigo (creo) de ello. Bueno, también me gusta aparecer y desaparecer, entregar un abrazo y marcharme pero porque sé que otro también lo necesita. Normalmente, quien no sepa encontrarme es que no me ha buscado a las afueras una ciudad o en un túnel, cualquier lugar oscuro y solitario. También valdría un sitio con mucha agua o caballos, da igual. Tengo mucho que pensar pero poco que contar. No me gusta hablar y menos que lo conozcan, nadie sabe la de miles de cosas que pasan en mi cabeza gracias a una mirada, una imagen, una persona… muchas cosas, cosas que hasta me sorprenden. Solo río o agonizo por dentro, y lo disfruto. También disfruto de canciones que sus letras me llenan, encontré una que creí olvidada, no pude evitar compartirla con quién pensé que la entendería, ha pasado tanto tiempo. Cosas así, me gusta pensar en los demás sin olvidarme de mí.
Maldita Nerea: por el miedo a equivocarnos (es un secreto, no se lo digas a nadie)
No quiero escucharte, no insistas prefiero esta vez encontrarte inundando mis ojos esperando a que pase, a que caigamos otra vez. Y solo digo que nunca quise hacerte daño pero todo se nos fue por el miedo a equivocarnos aunque ahora somos como extraños. De noches sin arte, de abrazos vacíos, de mundos aparte, de hielo en los ojos, de miedo a encontrarse, de huecos, de rotos, de ganas de odiarse.
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