Claramente no estoy inspirada. Quizás si tuviese que escribir (que lo estoy haciendo) sería un torrente sin sentido, vulgarmente llamado “vomitar palabras”. Bueno, la magia está en por lo menos intentarlo sin tener en cuenta el resultado. Entender a veces el lenguaje de los signos es complicado y más si se trata de los abstractos, esos que apenas podemos ver. Mira, por ejemplo, un abrazo ¿Cuántos significados le puedes dar? Mi respuesta sería dependiendo de la persona. Realmente no es correcta. Puede depender de la persona, está claro pero si no sabes cual es tu relación con ella, mal lo llevas. Un abrazo puede ser fuerte expresando cariño pero a la vez un toque de odio pasajero. Un abrazo suave por el miedo de no encariñarse ni acostumbrarse al roce de su piel. Un abrazo de colegueo, de esos que apenas aprecias. Alguno cariñoso, que nunca están de más. De compasión, sosiego, alegría, tristeza, ganas de llorar. A mi me gustan los que no tienen sentido, ya sabes. A veces me canso, me canso de mi misma, de mi aburrimiento, mi rutina aburrida, mi tiempo aburrido, mis conversaciones aburridas, mi sonrísa aburrida. Todo aburrido. Me canso de aburrirme y tener que aburrirte. Me canso muy rápido, lo sé. Pero últimamente he aprendido algo y es que uno se siente todavía vivo mientras exista una muestra de cariño. No estoy inspirada pero creo que hay mil maneras de decir gracias. Gracias por aguantarme
En la calle un niño roba a un indigente que se esconde de la gente y por vergüenza no levanta la mirada. Y una puta me sonríe porque le hago gracia. Hay una mujer maldita que me habla de ti en el bar que esté un rock n' roll y una fotografía a medias
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