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sábado

Entonces

Antes creía que escribir a diario aliviaría mis dudas. Ahora escribo de vez en cuando y he perdido la práctica. Pero no creo que las palabras tengan que ser perfectas para expresar algo. Durante años las personas nos han abandonado, han desaparecido de nuestra vida con una excusa o quizás sin ninguna pero el hecho es que se han ido. Nos culpamos a nosotros mismos, pasamos días grises, negros, blancos, amargados deseando que alguien nos saque de ese agujero que hemos cavado. Pero un día te das cuenta de que poco a poco el recuerdo de esa persona que te abandonó se va borrando, su rostro está difunado y su voz empieza a perder sentido. Ya no resuena en tu cabeza como una nana que te hacía dormir por las noches, tampoco pasas días, horas viendo sus fotos. De un día para otro esa persona que se marchó, desaparece. Es triste y empiezas a pensar en que quizás el problema no eras tú sino que esa persona no supo apreciarte. Que tenías mil cosas que ofrecer y ella no quiso aceptar. Por miedo, desconfianza, compromiso. Son muchos los motivos. El caso es que empiezas a pensar en la de cosas que hubieras hecho por ella, las sonrisas que le regalaste, los momentos de risas, incluso alguna que otra lágrima y estás seguro de que en su vida no volverá a aparecer alguien como tú. Después pensarás en si es feliz, si se habrá enamorado, si se acordará de ti. Y te hará feliz. Porque alguien, algo, habrá ocupado su lugar y tendrás en tus manos la prueba de que pudiste superarlo. Fuiste fuerte, valiente y estás dispuesto a cambiar el mundo. A darle una oportunidad al siguiente que venga para que quizás vuelva a marcharse.

Es innegable que te acordarás de ella en momentos dados, volverá como un fantasma para pintarte una sonrisa agridulce en el rostro. A lo mejor, dependiendo del momento, llorarás por que no volviste a verlo. Pensarás que perder el contacto será lo más sano pero siempre volverás a ella, como un boomerang. No hay que avergonzarse de extrañar a alguien que se fue de tu vida. Lo duro es aguantar el dolor y aprender a controlar el miedo a que te abandonen. Por que si no es así este miedo controlará tu vida y jamás tendrás la oportunidad de vivir.

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