-¿Has
perdido la cabeza?
-Es es la primera cosa lúcida que has dicho en horas. Aun
así es extrañamente reconfortante
saber que mi antiguo rival esta aún ahí.
En algún lado.
-¿Estaba drogado?
-Sedado. No me dejaste otra opción. Estabas envenenado,
como yo, por el Laberinto. Pero estoy trabajando en el antídoto.
-Libérame
inmediatamente.
-No. No puedo hacer eso. Es por tu propia seguridad. Y la
seguridad de Florencia.
- Ya no soy tu enemigo. ¿Cuántas veces tengo que probártelo?
-Eres uno con el Laberinto.
-Leonardo... ¿de
qué estás hablando?
-Hablo de tus mentiras. Hablo de tu Laberinto. De... de
los... los malditos Hijos de Mitra. Estoy hablando de los turcos. Del supuesto
papa Sixto. De cualquiera y todos aquellos que demandan obediencia ciega
mientras que al mismo tiempo reclaman en el nombre de Dios una licencia para la
destrucción. Un Dios del que ni siquiera estoy seguro que exista. Pero si
existe... estaría
horrorizado de lo que se está perpetrando en su nombre.
Ahora dime mientras te
tengo... ¿crees en el libre albedrío?
-¿Ahora
jugamos a ser Dios, da Vinci?
-Bueno, a un dios menor, puede ser. Pero si he creado
algo tan diabálico como un ser humano...
-Lo último que me gustaría
hacer es darte el poder de elegir entre el bien y el mal.
-Ahora, esa... es la genialidad de nuestro Señor. A
diferencia de las aves en el
cielo y la bestia en el campo, nosotros podemos tomar una
decisión.
-Santo o pecador. Entonces ¿estás diciendo que somos
capaces de grandes hazañas... y de actos terribles? Y tú claramente supones que
he elegido la oscuridad. Una vez más, me pregunto… ¿de qué me acusas?
-Bueno, mi actual teoría
es que te has convertido en la manifestación física
de la eterna lucha interna del hombre entre lo bueno y lo malo. Mira, una parte
de ti busca piedad. La otra, es un asesino.
-Soy el físico...
Y... ¿a quién dices que he
matado?
-Yo no
-Tú eres el asesino que he descrito. El hombre piadoso...
que mata con arrepentimiento... Y luego exhibe a sus víctimas como una obra de arte religiosa.
-Por la gloria del Laberinto, supongo.
-No, no, no. Yo... Nunca he matado a su requerimiento. No,
el Laberinto busca hacer a todos los hombres piadosos, ser una sola mente ante
Dios.
-¿Ves?
Fe... de alguna manera... te has convertido en un pecador. El Arquitecto
dijo que la resistencia puede tomar muchas formas. Cuando yo...mcuando
estaba
bajo su influencia...contacté con otro... otro mundo, otra realidad nacida
de mi resistencia. Pero la tuya... la tuya fue diferente. Porque te provocó
hacer realidad matar.
-He dudado de su instrucción. He cuestionado sus motivos.
He re... No soy uno. Nunca lo fui. Mi corazón debe ser tan negro... mi alma
tan desgarrada con crueldad... que no puede ser salvada.
-Bueno, tú me salvaste. ¿Verdad?
-Después
de todo por lo que hemos pasado... no podía
verte morir.
-Bueno... Entonces el Riario que yo conozco... está todavía ahí dentro. Todavía
queda tiempo. Puedo curarte. Cuerpo y alma. Podemos eliminar al pecador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario