Se apagó la luz. De repente, cómo quién no quiere la cosa. Diría que fue un mar de dudas y cien años de soledad. O eso me pareció a mí. Porque en ese mismo instante dejé de insistir para trazar las piedras del camino, ese del qué no podía huir. Las reglas eran sencillas: síguelo y qué nada te entretenga. Y a medio camino estabas tú. Cómo quién llega en el momento inapropiado, el día menos soleado. Ese momento en el qué dices "tienes que estar bromeando".
Otra vez no.
¿Sabes a todo lo que estabas acostumbrado? Pues olvídalo. Porqué te va a cambiar los esquemas de tal manera que cuando te acuestes querrás dejar de sonreír. Y seguramente, quieras o no, harás muecas de dolor por no haberle dicho nunca la verdad. Te arrepentirás de dejar pasar los días y no haberle dicho cuánto aprecias ese momento, ese al que te ha malacostumbrado. La luz del día transformada en noche tras la persiana, los intentos fallidos de cosquillas y cuando te coge de tal manera que levitas. Literalmente, sientes que puedes volar. Porque nunca, jamás, reitero, jamás había sido tan natural. Y tú nunca habías sido tan tú. Tampoco quieres saber si él había sido siempre tan él. Pero quieres conocer todas las cicatrices de su cuerpo, contar los lunares inagotables de su espalda, verle respirar cuando las fuerzas no pueden más.
Llega ese momento en tu día a día en que cambiarías ese mismo segundo, minuto, hora, vida por un ratito desnuda en su cama. Por el mísero roce de su piel, ese que sin saber cómo, siempre sienta tan bien. A solas, sin más luz que la que desprenden tus ojos cuando ves que se acerca lento, sonriendo.
Sé valiente. Sal de tu zona de confort.
martes
lunes
Believe
Dime algo que te sorprenda, algo en lo que jamás creerías. No me hables de cuentos de hadas que te los comiste a bocados cuando eras una niña. Hablame de los sueños que tienes y sabes que nunca dejarán de ser fantasías. Algo en lo que jamás pensarías...
No pensaba que los sueños se pudiesen rozar con la punta de los dedos, ni crear una sinfonía de suspiros en cada paso de estar más cerca. Si te digo la verdad nunca creí que lo tendría, con esa luz, esa brisa. Fuiste maravilla, fuiste vida. Y cuando te pienso sólo se me escapan sonrisas. Jamás lo creería, que los sueños a largo plazo, si te esfuerzas lo suficiente, aparecerían.
Dime algo a lo que te negarías, que rompiese tus principios y tus nunca más.
A intentarlo una vez más. Me niego. Prefiero la ironía que volver a esa vida.
martes
Eras
La empatía es un arma de doble fijo, según cómo la utilices. No significa que tengas que ponerte en la situación de cualquiera, plantearte las diversas realidades que puede estar viviendo una persona, ni siquiera significa que tengas que justificarle. Ni darle oportunidades. Entonces ¿Por qué lo haces? Yo lo dije en su momento, no soy buena manejando mis sentimientos. Río, lloro y grito en el momento, no me lo pienso. Me acelero o quizás dejo de respirar, dependiendo.
No es tu culpa. Es mía. Por haber vuelto a confiar en que al preguntarte si contaba contigo, tu respuesta sería sí. Y fue sí, y yo me llené de alegría. Pero las palabras son efímeras, ¿verdad? Porque no apareciste cuando te necesité. No lo hiciste la última vez ¿por qué iba a ser distinto? No eres la misma persona que me hizo salir de casa en la madrugada con un "me quedo". Ahí me mentiste por primera vez.
Soy una dramas, lo sé. Pero si no me cuento una película, volveré a caer. Empatía dicen. O que me arriesgué. Recuerda, ya no eres magia, ni otoño, ni tan siquiera invierno. Eres.
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