I love every beat of his heart

Solíamos decir que tú nunca me harías feliz, que si quieres a otro, que si el pasado y los fantasmas. Y ahora... aquí estamos, tumbados el uno junto al otro, closer, closer. Yo te solía contar cosas sobre las estrellas mientras que tu insistías que yo era una de ellas. Con tu sonrísa de crío a pesar de que dejaste hace años los dieciocho atrás. No es la manera en la que me besas, para nada, es como me hablas, como empiezas con un par de bromas pesadas para hacerme de rabiar y acabamos abrazados, en silencio, rompiéndolo con nuestras risas y besos. Son las caricias, la manera que tienes de mirarme y esa estupidez de olvidar cuanto te digo. Y tu con la excusa de que eso te hace feliz porque así me vuelves a conocer cada día que pasa. Tan tarde como de costumbre, arreglándose el pelo, sacándome de quicio mientras pienso ¿Cómo es capaz de soportarme? Por que no me he cansado ya... Somos como dos niños que se juntaron un día en verano olvidando que se separarían al acabarlo.