viernes
Cometo muchos errores a diario, tantos que la gente los acaba disfrutando. No soy preciosa, soy un conjunto de imperfecciones que a medida que las cosas salen bien, se van notando. Por eso es por lo que no voy con garantía pero si que aviso a los días. Siempre que la felicidad llama a mi puerta la cierro, tapio ventanas y toda salida, no es miedo, lo juro, no creo en largos días de amor, ni de risas y historias por contar. Porque todo queda en el recuerdo y no arriesgo una buena amistad por un buen momento. Entonces ahora es cuando se desestabilizan mis esquemas. Es tan ridículo, como me veía condenada a vivir en un bucle de principios donde pensaba que amar, era opcional. No estoy enamorada, tampoco esta en mis planes, como ya he dicho, soy de cerrar ventanas. Pero hay algo de ese momento que me hizo creer que te conocía, que los años han pasado pero que seguía sintiendo lo mismo. Que ridículo. Siento una acumulación de euforia y miedo. No tengo claras las intenciones de ninguno y he aprendido con el tiempo, que intentarlo, no vale la pena.
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