No es domingo sin ti, o conmigo, que estaría tan solo que te rescataría, por probar, o por arañarme, tanta distancia y tantas ganas de tu boca. Yo es que me sé el diccionario de tu silencio de memoria. De carrerilla, puedo pintar tus labios sobre mi boca y hundirme. Emborracharme por el hecho de haber olvidado si tus ojos eran más azules o más negros. Si tu sonrisa se parecía más al infierno o a la cerveza. Se nos han quedado muchos orgasmos pendientes. Te hacía el amor declarándole la guerra al mundo. Que venga alguien a decirme que no puedo soñar despertándote cada mañana. Serás mi salvación y mis ruinas. Me abrazaré a tus caderas cuando me suelte la esperanza. Knock, knock, knocking on Heaven's door, y te abrías de piernas. Ojalá no me robe la intimidad otro cuerpo. Yo te prometo finales felices al comienzo, y durar lo que tardan en acabar los infinitos. Hazme caso. Encuéntrame en la misma desesperación de siempre, yo soy a quien llevas tantos daños buscando.
Te fumaba, amor, te fumaba en ocho caladas y te apagaba en mi cuerpo, jodiéndome a quemaduras, por eso ahora estoy marcada de cicatrices que sólo hablan de ti.
Que podría romperme sin dejar de sonreír. Y también no pedirte que te quedes, aún sin saber cómo seguir si te vas. Podría tropezar a cada paso, estando en el mismo lugar. Y curarme lo suficiente para que sin dejar de doler no me sangren las heridas. Puedo mentirme, pero no creerme. Te diré que todo va bien, pero luego me callaré la tormenta y el naufragio. Me ahorré el cambio de tus gustos por mis manías, y me diré al verte con alguien, simplemente, que no estás conmigo, porque duele más pensar que te están abrazando otros brazos que pensar que no estás con nadie. En qué momento sumar los errores se convirtió en restar la distancia. No sé cómo terminamos siendo distintas esquinas de una misma calle, llena de todas esas veces que no pudimos mirarnos a los ojos. Lo hicimos mal, como el invierno con las rosas. O como las segundas partes que nunca fueron buenas. Y es que cómo acabar cuando aún todo parecía el comienzo. Cómo despedirse en la antesala de un orgasmo. Cómo decir adiós, en lugar de morderte la boca. Es tan difícil retirarse a tiempo de la partida, recoger la ropa antes de que la moje la lluvia, huir de la catástrofe, sobrevivir cuando ya me habías disparado. Es una pena, pero me gustaría que para llegar a la superficie no tuviésemos que tocar antes el fondo, y darnos cuenta entonces de lo lejos que estamos de volver a estar cerca de alguien. Porque en realidad la distancia nunca fue otra cosa que no saber cómo acercarme, ya dolido del contacto, de tantos cuerpos y de todos aquellos portazos, banda sonora de no sé cuántos insomnios. He perdido la cuenta. I drive fast, I am alone in the night. Been tryin' hard not to get into trouble, but I I've got a war in my mind So, I just ride. No me preguntes a dónde voy
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