Escucha gritar a mis ojos, que también saben necesitarte cuando te ven y no encuentro palabras para pedirte que te quedes.
Ya me caí por el túnel, seguía mi olfato el camino de ese perfume hasta llegar al final infinito del bosque donde solo hay silencio, donde nadie nos oye. Te veo aparecer cuando se hace de noche, las flores y los arboles se tiñen de bronce, estamos rodeados de estrellas de colores y empiezo ha acercarme para verte. ¿Quien eres tu? nunca había visto algo, tan especial tan infinitamente humano, es de cristal, y se rompe con las manos, a lo mejor no podemos ni tocarnos. Y no se que pasó luego, solo que desperté a la otra orilla del lago y con los ojos cerrados y con los labios salados, no supe si estabas cerca, o lo había soñado..no se. He vuelto tantas veces a ese sitio del bosque, buscándote luego, bailando entre robles, sospecho que animales nocturnos te esconden, no quieren que me acerque para que vuelva a decirte que.. ¿Quien eres tu? nunca había visto algo tan especial, tan infinitamente humano... Se que todo es mentira, pero no me lo digas, no me lo digas todavía, que la ilusión aun me hace compañía. Mira, no distinguía realidad de fantasía y así me iba, de las nubes para arriba. Vienes a clavarme tus huesos de alfiler ahora que mi corazón no puede pagarte el alquiler de tus costillas, te dejo a deber tres mil cosquillas que se fueron por la planta del pie. Amores flacos, de piernas que se enredan, se anudan, de besos que no saben donde caben y se fugan, porque tú eres solo huesos, delgado como el viento. Cuando te busco te acabo perdiendo. Pero éramos tan fáciles, químicos y frágiles. Pájaros que escapan de su jaula y qué difícil es separarse cuando todo esto encaja. Oye escúchame bien, no tengo nada que perder, vamos a clavarnos los huesos y darnos los besos que ayer te negué. Así salté por la ventana imaginando que volaba y ya ves, las heridas me las curas después. Porque el tiempo es la mejor medicina, pero tú estás tan cerca que me clavas las espinas, con las luces de tus ojos encendidas no habrá quien se duerma, ni yo que sueño enseguida mira. Amores flacos son eternos y fugaces, de esos que matan y nos hacen inmortales, hoy romperemos los cristales que protegen nuestros corazones frágiles. Si alguna esquina se rompió, fue en un despiste eléctrico.
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