Hoy es uno de esos días que decides acostarte con las bragas puestas. No en cueros, no con el pijama: En bragas, solo y exclusivamente en bragas. Y no unas cualquieras, sino esas monísimas que guardas para una ocasión especial en el cajón. Lo mejor, es que no te sientes mal por llevar esas carísimas Victoria's Secret que prometiste desgastar en su cama, no, te las pones para bailar antes de dormir. Porque sabes que hoy es un día para celebrar ¿El qué? Quién eres. Es un día en el que te dan igual esos kilos de más porque dices ¿qué más da? Soy feliz como soy, siendo quien soy. Da igual, te ves perfecta sin el maquillaje en tu rostro, te ves natural sin tu pecho oprimido por un precioso sostén. Es una noche para ponerse un poco de pintalabios y disfrutar de ti misma en soledad. Porque una entiende que hay que amarse para ser amado. Sabes que tus días son gratificantes, que no hay noche en la que no te acuestes pensando en la lección de hoy, que estás salvando vida, haciendo de ti una persona mejor.
Por eso apuesto por ser feliz y preocuparme únicamente por mí. Mi salud, mi bienestar, mis caprichos y manías, mis propias caricias. Y ante todo contagiar a los demás y hacerles saber que uno es único y especial. Y a quién no le guste, tiene la preciosa oportunidad de conocer a millones de personas con las que compaginar. Que todos tenemos un momento para brillar y yo decido que ahora y siempre será ese momento.
jueves
lunes
Vivir o morir
La primera vez que me vio, sonrió. La primera vez que entabló una conversación conmigo, pensó que hablaba por los codos. La primera vez que me vio reír, pensó que estaba loca. La primera vez que se despidió de mi, me besó. La primera vez que le abracé, supo que era buena persona. La primera vez que lo hicimos, sintió miedo. La última vez que me vio, no dejó de sonreír. La última vez que le hice sonreír, era feliz. La última vez que fue feliz, sintió miedo. La última vez que sintió miedo, huyó a otro planeta, pero esta vez, no fue conmigo.
Dice un viejo dicho, y si no lo diré yo, que lo que amas será lo que más te haga sufrir. De todos modos, no me imagino un día en el que no realice una acción que realmente no ame. Que sienta que forma parte de mi ser y que si no lo digo/hago, no volveré a ser yo. No seré feliz. Es el masoquismo del ser humano. Amamos lo que nos hace daño.
Recuerdo el día en que murió mi abuela. Viajé a otro país, pisé aquel cementerio y esta fue mi reacción: Nada. No hubo lágrimas, quizás algún que otro silencio. Nunca le tuve miedo a la muerte. Tampoco es que me considere valiente, solo sé que si muero, moriré y no buscaré a un por qué de los hechos. Y ahora, a mis veintiún años elegí una profesión que vive de la mano de la muerte. Actualmente he visto morir a más personas de las que han visto mis amigos más cercanos. Y sinceramente, no me importa. No significa que sea una persona insensible, solo tengo la capacidad de elegir. Me quedo con los buenos momentos, cuando haces sonreír a un niño, cuando estás presente en el ingreso, operación y rehabilitación de tu paciente. Cuando una señora que se encuentra desorientada por su alzheimer te sonríe y agradece tu trabajo cuando vas a salir. Y en ese momento no existe enfermedad. Es bonito.
Pero a veces, lloras. Lloras en tu casa por que son demasiadas sensaciones. Soy una persona solitaria, no me gusta compartirlo. Hoy he llorado. He llorado de rabia, de amargura. Hoy he visto a una chica llorar al comer un filete de ternera. ¿Te imaginas llorar cada vez que te alimentas? Su enfermedad la condicionaba a la carne roja. Problemas de coagulación. Vegetariana. Ella decidía, sus creencias, vivir o morir. No puedo evitar que me afecte. Así que hoy he llorado y no será ni la primera ni la última vez.
Dice un viejo dicho, y si no lo diré yo, que lo que amas será lo que más te haga sufrir. De todos modos, no me imagino un día en el que no realice una acción que realmente no ame. Que sienta que forma parte de mi ser y que si no lo digo/hago, no volveré a ser yo. No seré feliz. Es el masoquismo del ser humano. Amamos lo que nos hace daño.
Recuerdo el día en que murió mi abuela. Viajé a otro país, pisé aquel cementerio y esta fue mi reacción: Nada. No hubo lágrimas, quizás algún que otro silencio. Nunca le tuve miedo a la muerte. Tampoco es que me considere valiente, solo sé que si muero, moriré y no buscaré a un por qué de los hechos. Y ahora, a mis veintiún años elegí una profesión que vive de la mano de la muerte. Actualmente he visto morir a más personas de las que han visto mis amigos más cercanos. Y sinceramente, no me importa. No significa que sea una persona insensible, solo tengo la capacidad de elegir. Me quedo con los buenos momentos, cuando haces sonreír a un niño, cuando estás presente en el ingreso, operación y rehabilitación de tu paciente. Cuando una señora que se encuentra desorientada por su alzheimer te sonríe y agradece tu trabajo cuando vas a salir. Y en ese momento no existe enfermedad. Es bonito.
Pero a veces, lloras. Lloras en tu casa por que son demasiadas sensaciones. Soy una persona solitaria, no me gusta compartirlo. Hoy he llorado. He llorado de rabia, de amargura. Hoy he visto a una chica llorar al comer un filete de ternera. ¿Te imaginas llorar cada vez que te alimentas? Su enfermedad la condicionaba a la carne roja. Problemas de coagulación. Vegetariana. Ella decidía, sus creencias, vivir o morir. No puedo evitar que me afecte. Así que hoy he llorado y no será ni la primera ni la última vez.
jueves
Wild
Es curioso cómo un día puede acabar con un sabor tan agridulce. Piso la calle y enciendo un cigarro, aún no se si de alegría o de nostalgia. Style de fondo sonando en mis cascos y una vez Taylor Swift me hace pensar en ti. Tuve un día único con la única persona que es capaz de arrancarme sonrisas, hacerme sentir miedo y sentirme la persona más especial del universo. Fui feliz, me hace feliz y no quiero que eso cambie. Pero ahí estas tu, de vez en cuando asomas la cabeza entre pensamientos y pienso... Que guarrada sin ti. Just turn me on. Que bien me sienta el cigarro, tanto que se me olvida de lo que estoy hablando. Solo se que el dolor se ha ido, lo que antes eran puñaladas constantes, la sensación de que te arrancarán el corazón, se han convertido en arañazos, suaves, como los de un gato.
Se me hace inevitable pensar como, donde estarás de vez en cuando ¿Feliz? ¿Desganado? Y como bien dice la canción... He escuchado que has estado con otras chicas, y me dices bueno, lo que has escuchado es verdad pero de alguna manera no puedo evitar pensar en ti y en mi y yo digo, he estado ahí un par de veces...
sábado
Entonces
Antes creía que escribir a diario aliviaría mis dudas. Ahora escribo de vez en cuando y he perdido la práctica. Pero no creo que las palabras tengan que ser perfectas para expresar algo. Durante años las personas nos han abandonado, han desaparecido de nuestra vida con una excusa o quizás sin ninguna pero el hecho es que se han ido. Nos culpamos a nosotros mismos, pasamos días grises, negros, blancos, amargados deseando que alguien nos saque de ese agujero que hemos cavado. Pero un día te das cuenta de que poco a poco el recuerdo de esa persona que te abandonó se va borrando, su rostro está difunado y su voz empieza a perder sentido. Ya no resuena en tu cabeza como una nana que te hacía dormir por las noches, tampoco pasas días, horas viendo sus fotos. De un día para otro esa persona que se marchó, desaparece. Es triste y empiezas a pensar en que quizás el problema no eras tú sino que esa persona no supo apreciarte. Que tenías mil cosas que ofrecer y ella no quiso aceptar. Por miedo, desconfianza, compromiso. Son muchos los motivos. El caso es que empiezas a pensar en la de cosas que hubieras hecho por ella, las sonrisas que le regalaste, los momentos de risas, incluso alguna que otra lágrima y estás seguro de que en su vida no volverá a aparecer alguien como tú. Después pensarás en si es feliz, si se habrá enamorado, si se acordará de ti. Y te hará feliz. Porque alguien, algo, habrá ocupado su lugar y tendrás en tus manos la prueba de que pudiste superarlo. Fuiste fuerte, valiente y estás dispuesto a cambiar el mundo. A darle una oportunidad al siguiente que venga para que quizás vuelva a marcharse.
Es innegable que te acordarás de ella en momentos dados, volverá como un fantasma para pintarte una sonrisa agridulce en el rostro. A lo mejor, dependiendo del momento, llorarás por que no volviste a verlo. Pensarás que perder el contacto será lo más sano pero siempre volverás a ella, como un boomerang. No hay que avergonzarse de extrañar a alguien que se fue de tu vida. Lo duro es aguantar el dolor y aprender a controlar el miedo a que te abandonen. Por que si no es así este miedo controlará tu vida y jamás tendrás la oportunidad de vivir.
Es innegable que te acordarás de ella en momentos dados, volverá como un fantasma para pintarte una sonrisa agridulce en el rostro. A lo mejor, dependiendo del momento, llorarás por que no volviste a verlo. Pensarás que perder el contacto será lo más sano pero siempre volverás a ella, como un boomerang. No hay que avergonzarse de extrañar a alguien que se fue de tu vida. Lo duro es aguantar el dolor y aprender a controlar el miedo a que te abandonen. Por que si no es así este miedo controlará tu vida y jamás tendrás la oportunidad de vivir.
martes
Crazy Full
Me imagino qué te estará pasando. Supongo que no echarás de menos hasta antes de acostarte, y cuando te metes en la cama, y allí no haya nadie, supongo que te preguntarás cosas. Pensarás que casi todas tus amigas, a tu edad, ya han encontrado a varios chicos, han sido felices varias veces, con personas distintas. Y tú sigues viendo películas, leyendo libros, leyendo a poetas que hablan sobre la tristeza del amor. Ellos te hacen sentir menos sola, pero sigues sola. Y te acuestas y te invaden los demonios de un cuerpo sin nadie, un mañana indeciso, una rutina que odia la improvisación. Y cada vez te vas apagando más. Nadie te ve brillar, es lo que anhelas: que te miren bien, que te miren tan de cerca que peguen sus ojos a tu piel, y que te muerdan, que te besen, que te hagan sentir lo que a veces olvidas tener: una vida. Que te estrujen, que te abracen, que te follen de tal forma que pueda decirse que te han hecho el amor hasta el fondo.
Details
No es aquello que busco, ni mucho menos, no es su forma de ser ni sus pelos. Me baso en su positivismo, la constante sonrisa pintada en su cara, la insaciable ilusión de crear, enseñar y sentir. Saber que no pertenece a este mundo pero puede compartirlo cuando quiera, con quien quiera. Pero lo más fascinante de todo, es su pasión. Las ganas de vivir. Su forma de pensar que traspasa limites incalculables. Habla del espacio, de poesía, habla en serio pero el noventa y cinco por ciento es de risa. ¿Qué provoca en mi? Siento la necesidad de conocer su mundo, apoyarle y estar a su lado para recordarle lo orgullosa que estoy de él. Hacerle saber que confío en que algún día sea aquella persona que futuras generaciones recordarán como un genio. Como lo que es. Y sé que le gusta mi humildad, y sé que le gusta soñar. Le gustan los detalles y a mi, ser detallista. Qué el mundo puede ser fascinante si lo ves a través de las retinas de unos locos.
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