domingo
"Dame un poco de tiempo para mí" me dijo en un desliz. Si hubiese sabido que con "un poco" te referías a la eternidad, quizás nunca le hubiese dado tanta importancia. Ahora no sé dónde estás ni que haces con tus días pero de cierta manera he aprendido a no pensar en ello, o mejor dicho, en tí. Mientras el tiempo restaura estas corturas que convirtieron los minutos en monotonía, me quedo con el sabor a cerveza que últimamente pasa por mis labios cada dos días borrándome los recuerdos y trayéndome nuevos. Dónde no te encuentras tú, dónde se encuentra ella y algún que otro juego entre sábanas. Hay tantas cosas que actualmente odio te di que si lo hubiese sabido nunca habría colgado nuestra foto en aquel marco. Ahora simplemente no puedo. También me he dado cuenta de que adoro el sonido del saxofón, he aprendido a no salir corriendo y a entender que todos merecen una oportunidad. Por eso aquí sigo, sentada en la encimera de tu cocina fumandome las ideas que un día me marcaste. Dame amor como nunca antes, porque últimamente he estado anhelando de más. Y ha pasado un tiempo, pero todavía siento lo mismo, tal vez debería dejarte ir. Tú sabes que yo lucharé mi esquina. Que esta noche te llamaré después de mi sangre, se ahogue en alcohol...
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