Dos mil doce llego cargado de malas intenciones, teníamos propósitos pero no tuvimos en cuenta los suyos. Siempre pretende llevarse a alguien y traer a alguien nuevo, se dedica a crear señales o a sorprendernos. Personalmente ha hecho ambas cosas. Quizás no hayamos empezado con buen pie, algunos nos han abandonado por malas personas o porque ese era su destino. En cambio, amiga mía, hoy puedo suspirar y decir sin miedo “here we are, one more time”. Las conexiones nunca fallan al igual que los sentimientos y menos cuando se trata de algo sincero. No busquemos los porqués, conformémonos con que las cosas pasan por que sí, sin explicación. Son momentos duros para algunos, otros en cambio resistimos. Tú, en cambio tienes la habilidad de sorprenderme y mantener las dos posturas, te mantienes fuerte aun cuando la situación es para tirar la toalla. Te resultará ridículo, vergonzoso pero eres una persona digna de admirar. Me encanta ver como se nos cruzan los cables tomando decisiones incoherentes pero con un gran significado para nosotras, me gusta porque en momentos de reflexión tengo tendencia a abandonar pero siempre me llega una imagen de ti, apoyándome y recordándome que no estoy sola. Me pregunto qué imagen tendrás tú de mí. Quisiera mostrarte todo mi apoyo, sobretodo actualmente, que sepas que aunque mi tiempo sea nulo siempre hay un hueco reservado para ti y tus sonrisas. Se me cae el mundo solo de imaginar que no se encuentran en tu rostro. Puedo entenderlo pero eso no quita que no me entristezca. Es difícil, simplemente me cuesta mostrártelo todo sin derrumbarme yo. Porque te entiendo, sé lo qué es y también sé lo que es que no haya nadie allí… Por eso mis palabras más sinceras como muestra de algo más que una amistad, algo distinto a dos hermanas, es una mezcla de conocidas y almas que un día fueron separadas. La una para la otra. Always.
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