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Mira, me lo podrás negar todas las veces que quieras pero te conozco, aunque sea un poco pero lo suficiente para saber que te estás contradiciendo. Puedes odiar la forma en que te ignora, como te habla, es obvio que odias esa manera que tiene de creer estar por encima de ti o que sea más fuerte que tú. Entiendo que te enfades y decidas olvidarle todas las veces que parece como si no le importaras, como si fueras su muñequita pero ya que te enfadas, no vayas a buscarle. Puedo ver la manera en que le miras cuando está a otra cosa y como apartas la mirada cuando está observándote tan indefensa. Odias la manera en la que te dice algo y tu, aún negándote, eres la primera en estar allí, como cuando le cuentas alguna anécdota de tu día prefiere cambiar de tema, como si lo hiciera a sabiendas. La manera en que se ríe de ti sin ningún tipo de discreción aunque a veces parezca que se sienta un poco mal. Sí, lo sé, le odias o eso crees. Te diré por qué: Porque quizás lo que realmente odies de todo esto, es a tu propio ser incapaz de negar que siente algo hacia él. Y que en el fondo de su pensamiento no existe algo más odioso que no poder odiarle....
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