Dicen que no juzgar antes de tiempo es algo bueno. Que equivocarse es muy complicado en ese momento. Hay que dejarse llevar, entender de movimientos, conocer miradas, dejar actuar al tiempo. Siempre viví asustada de las personas, mirando a todos lados, como un perro inquieto. Con los años, los días, aprendi que aún existen las buenas intenciones, personas que se abren y cuentan sus miedos. Pero hay veces en que superamos las barreras y una vez mas vuelven las heridas que un día dejamos sin vida. Para abrirse y yo no estoy para fregar. Llenar de sangre mi cuerpo mutilado nunca fue un buen plan y ahora que ya está roto, no me queda más remedio que afrontarlo. Existirá el rencor que tu has provocado. Mientras tanto, tengo muchas ventanas y puertas que aún no he cerrado. Así que manos a la obra, esto está más que acabado.
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