Hoy he soñado contigo, no sé ni cómo ni por qué. Fue un cúmulo de gente en el que sin venir a cuento apareciste tu. El motivo por el que viniste me fue indiferente, tampoco me importaron las excusas que inventaste para evitar una mala conversación. Pero si recuerdo como te abracé durante minutos, devolviéndome tú el abrazo, parados. Y cuando desperté solo una pregunta rondó por mi cabeza durante horas: ¿por qué? ¿Por qué me privaste de conocer a una persona como tú? Entonces me puse a recordarte, todo aquello que me proporcionaste y dirás ¿El qué? La oportunidad de saber que no me equivoco al no juzgar las personas, a abrirme ante cualquier tema, a escuchar, reír con alguien a quien creías conocer. Aunque con el tiempo me percaté de que en cuanto te abracé estaba abrazando a un desconocido. Conocía tu nombre, conocía tu rostro, tu mirada pero en realidad no sabía nada. Y tengo que decir que hubo algo en ese abrazo que me gustó. Sería eso, que sin conocernos, estábamos dispuestos a volverlo a hacer. Y cuando nos íbamos acercando a Plaza España llegando poco a poco a nuestro destino, el que nos haría despedirnos algo en mí se apagó. Sentí que te había echado de menos durante todo este tiempo. Visualicé horas en Madrid tirados en el suelo, fumando sin parar hasta que nos entrase el sueño. Imaginé largos paseos por los barrios mas bajeros, una buena compañía por Madrid, pude ver las obras de teatro que tanto quisiste compartir. Me imaginé que podríamos empezar de cero y ser buenos amigos. Entendí que tenías mucho que enseñarme, que el sabio eras tu, que escondías un gran mundo tras una máscara que aparenta solo fumar. Escondías un mundo de cultura repleto de libertad. Y por un momento, creí que romperías mi principio de que la libertad no es más que una correa demasiado larga. Todo lo que supe esta mañana al despertar es que ahora sé algo que antes no sabia haciéndome sentir como si solo quisiera conocerte mejor. Porque todo lo que se es que dijimos "hola" y tus ojos lucían como volver a casa. Vuelve y dime por qué siento como si te hubiese extrañado todo este tiempo. Siempre puedes encontrarme un sábado por el centro cuando anochece, en Ópera, si quieres. Quisiera saber que es lo que te hizo olvidar
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