"Por los chicos puente". Así empezaba uno de mis textos favoritos, aún recuerdo mis ojos siguiendo cada frase que enmarcaba el cuaderno, de manera lenta, rápida a veces, cuando parecía arder como el fuego. Tenía cierta magia que hasta ahora no he llegado a entender. Realmente, no entendía las palabras iniciales. Ahora lo sé. Brindaba por cada uno de esos chicos con el que había aprendido. Yo hoy alzo este Chivas con frío por cada uno de vosotros. Por el maldito que me rompió el corazón desapareciendo de mi colchón, contigo aprendí que era fácil caer rendida ante el amor, aproveche las horas en el sofá trazando con los dedos cada uno de tus tatuajes, siguiéndolos hasta acabar en tu sonrisa. Aún recuerdo que contigo la vida parecía una locura, sabía que eramos jóvenes, perdí la noción del tiempo, despertaba en mi cama para despertarte a ti en la tuya y acabar con una siesta hasta la noche. Por aquel que me enseñó a disfrutar del sexo, tanto que me borró los miedos, el que me acompañaba por las noches, era capaz de escaparme de casa solo para volver a verle, a las doce, como siempre, en el andén. Por el que me ayudó a consolidar mi paciencia y me quitó el miedo a los niños, me demostró que hay personas que encajan perfectamente en un abrazo, con el aproveché el sol tirada en el césped, los revolcones traviesos y algún que otro muerdo. Aunque me hundió, rompió mi alma en mil pedazos abandonándome el día de mi dieciocho cumpleaños. Por mi ángel que resultó ser demonio, mi salvador, el que me rescató para meterme en un hoyo. Nunca entendí que es lo que no le dí para que se fuera con otra a mis espaldas y no una, ni dos veces. Con el aprendí a ser yo, ganarme mi propio premio y sobretodo a no creer quien te jura amor eterno. Aprendí a desconfiar. Por aquel al que creí amar, al que hice daño lamentando no haber hablado. Porque menosprecie cada uno de sus actos hasta que fue tarde y se fue. Y el último recuerdo que conservo fue tan triste como bello, con mas de una botella de por medio. Por aquellos que me han llevado a donde estoy y los que seguirán apareciendo. Seguiré aprendiendo. No he cometido errores, soy culpable de cada uno de mis actos y si de algo me arrepiento es de haberme engañado a mi misma en algún momento. Lo único que me queda es hacer las cosas bien, desconfía, no te tienen por qué´entender. No eres la chica buena.
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