Cuenta mi ron que ya no soy tan bueno. Los ojos ardiendo, se desangra la razón. Habla mi ron, ahora que estamos solos y hazme cicatrices en las manos...
A ti, que te fueron disparando en la frente, di en qué estanque naufragó tu barco, qué otro Abril te bajó el telón y enmudeció en un aplauso.
A mi, que ya estoy intoxicado, pierdo la matriz entre el cielo y el suelo llano, aún he de dormir mis pupilas dilatadas en tu abrazo. Hay un beso eterno en el escote de otro verso que ya te pasó. Hay un vaso lleno en el vacío de otra camarera que habla con tu voz.
Y ahora vete. Estaba equivocado. Ahora duerme y despierta en cualquier baño. Ahora vete dejando un hombre en la barra llorando.
Soy un rock and roll atravesado, un acorde mal pintado en tus manos. Soy sólo lo malo de este cielo, a ver si lluevo y te arranco del suelo. No digo que fuera un infierno, el infierno vino después.
Alguien habrá, digo yo, queriendo vivir en una casa encantada, el caso es que me canso de pensarte a cada rato
de llorar oyendo a Extremo, de sentir miedo al silencio de este hogar
de nadar, de follar, sin tu luz. De tu ropa en mi tendero, no me acuerdo de que más, de hecho no recuerdo qué es felicidad. Que te quise a morir y me muero
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