Siempre me han gustado los trenes, esperar en los andenes a ver sin esta vez tengo suerte. Suerte de tenerte, que aparezca mi destino. Pero el día que te vi bajar vestido tan elegante de ese vagón, supe que ya lo había encontrado. Recuerdo que hasta Olías bien y por una vez no era yo la de los elegantes ropajes. Me acuerdo de tu nariz contra la mía y mi risa. Recuerdo tu mal humor, tus historias y fantasías. Recuerdo que mi fantasía era humedecerte, a todas horas.
Aun a veces pienso en tu compañía y como me corrompo a mi misma. También pienso en como dicen que hay que luchar y luchar por eso que quieres. Y en cambio yo, me rendi a destiempo. Y se que luchar hará que no te vuelva a ver mas veces
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