Y una vez más, como no, volveré a pensar en ti. En tu piel tostada al sol, como si pudiera quedarme a vivir. En tus labios entrecerrados, esos que jugaban a ver si llegábamos a besarons. Pensaré en los atardeceres que quise vivir reflejados en tus ojos, en el agua resbalando por tus hombros. Recordaré mi risa al ver el mundo boca bajo y besandote pensando que besaba al cielo. A veces me imagino rozando con los dedos las paredes de tu cuarto, el sonido de los libros al caer y tu respiración jadeando. Y a mi respirando, intentándolo, sucumbida entre tus brazos. El aroma a verano, a ti, las ganas de vivir. Seguramente llore, no lo puedo evitar. Seguramente una vez más me recrimines que yo quería algo más. Y es que me basta con verte feliz, jugando conmigo a ver si me hacías daño, si tentabas a la muerte a mi lado. No necesitaba una correa ni la expedición de tu libertad. Te quería a ti, ocupando un lugar. Daba igual, más cerca, más lejos. Siempre lo serás todo para mi, aunque no lo puedas entender, aunque te olvides de mi.
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