Seguramente, sea yo quien le extrañe a diario. Me encantaría que un día llegara, volviera a la ciudad y me dijera que esta vez no se iba sin mi. Hay algo en los lugares donde me tropecé con él, algo en los rincones donde sudamos como leones, algo que me hace enloquecer. Me encantaría pasar horas a su lado, disfrutando de su mirada cautivada en mi cuerpo, en mi rostro, volviéndonos locos. Y quizás, el amor se describa con pasión, la estupidez de entenderse entre sábanas o paredes blancas. De chocar el uno con el otro y que no hagan falta ni las miradas. Que el amor no son cadenas puestas en nuestros brazos, es consumirse el uno con el otro, es independencia, es querer volver. Es tener una casa en el cielo pero no poder pagar la hipoteca. Es jugar como dos críos de seis años hasta agotarnos.
Es ser un tu y yo, no un nosotros. Es perder la cordura poco a poco
Y es que hemos abierto las botellas y la fiesta acaba de empezar. Prometí que ese trago sería el último. Sé que lo arruiné todo otra vez porque perdí a mi único amigo. Dios, perdona mis pecados, no me dejes porque me odiaré hasta que muera. Mi corazón se rompería sin ti, puede que no despierte sin ti. Me ha hecho daño vivir drogada por tanto tiempo, lo lamento.. .Seguiré buscando una respuesta porque te necesito más que la droga. Fumo una última calada y dos últimos arrepentimientos, tres espíritus y doce pasos solitarios. Subo por las escaleras de oro al Cielo porque sé que yo misma soy como el carbón. Lloro todos los días porque me siento tan mal por vivir drogada... Te necesito más que a la droga.
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