Son muchas veces las que pienso en el tiempo que perdimos juntos. Y seguimos perdiendo. Recuerdo cuando me dijiste que querías conocer el cielo de otras mujeres, que no tenías ganas de perderlo pero que no podías seguir así, que querías vivir. Aún sigo tratando de explicarte que son cosas que pasan, que todos tenemos dudas, que todos nos imaginamos a veces, yo me imagino a veces y no exactamente contigo. A veces uno no sabe si necesita huir o vivir, yo sé que si tuviese que huir, huiría contigo.
Sabes de sobra que mis puertas están solo abiertas para ti.
A veces se rebelan los sentidos y sacas tu instinto animal, todos pensamos de vez en cuando en lo prohibido, en escaparnos con un extraño a un hotel. Nadie debería ser juzgado por ser humano.
Un día de estos tendremos que vernos a oscuras, la piel no conoce otra forma para ir resolviendo las dudas. Yo sé que solo es miedo, tú intentas arrojar el corazón por tu ventana. Lluchar contra el deseo en plena madrugada es como intentar que Dios conteste una llamada. Tu piel me la regalas, el alma continúa anestesiada.
Si quieres yo te cuento las cosas que te pasan cuando abres al amor dejando la cadena echada. Comprobaras que todas las cosas que no hacemos después son esas mismas cosas que echaras de menos.
Quiero follarte lento mirándote a la cara, leer tu cuerpo en braille con las luces apagadas. Quiero que entiendas esto si ya no entiendes nada, “Amor” es la palabra que resuelve el crucigrama. Y es que un día de estos tendrás que ir bajando la guardia y permitirme castigar tu cuerpo para que al final no quede nada.
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