Espero que estés bien, ahí donde estés
jueves
.
Hoy he sido una cobarde. Te he dejado ir aún cuando el corazón me decía que entrara ahí. No podía, eran demasiadas miradas centradas en mi. Te he dejado ir. Y he llorado. Quizás ya era hora de tener que afrontarlo. Mañana cuando vuelva será otro lugar, otra de persona ocupará tu sitio. Así de fácil. Y yo, seguramente, siga avergonzada por no decirte adiós y dejarte morir.
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