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martes

Son muchas las veces que he tratado de entender por que el alma se vuelve cínica, serán las veces que me he encontrado con mi cabeza diciendo unas cosas y mi boca pronunciando otras. Trato de escucharme pero no hay palabras, solo suenan letras de canciones tal y como me enseñó hoy el psicólogo, basamos nuestra vida en eslogans que leímos o escuchamos en alguna película o canción. En alguna parte del camino esto me ha corroido. No hay una opinión, no hay frases que salgan de mi alma y pueda defender por que son mías. Me he resignado a luchar. Digamos mejor que me he cansado de sentir las gilipolleces que siento, que a veces me gustaría ser como vosotros y cerrar las tapas del libro que empezamos a escribir. Pero no puedo, siempre me falta algo y dejo las páginas dobladas por una esquina recordando que esto no acabará. Aunque tenga que ser la única. Aunque acabe dejándome las heridas. Seguiré bebiendo ron a secas maldiciendo mi debilidad. Soñaré que sería eso de ser insignificante pero a la vez lo más grande. ¿Nunca has pensado que la hormiga, ese bicho tan minúsculo y débil, es a la vez lo más grande? A veces cambiaría unos instantes de mi vida para subir a las hojas de un árbol y ver atardecer. No tener que correr, y correr, sin cansarme solo por que despertase queriendo ver amanecer. ¿qué me está pasando..?


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