viernes
Deste tiempos inmemorables hemos presenciado la escoba del tiempo, como levanta los recuerdos y los hace caer sobre nuestro futuro. También hemos sentido como destrozaba nuestro presente con un solo gesto. Así es el tiempo, como un juego en el que acostumbras a caer en la casilla equivocada. Empieza a crecer la amistad pero hay que saber cuidarla, una vez que crece y se hace grande, no hace falta observarla las veinticuatro horas pero eso sí, nunca dejar de regarla. Solo sabes si vale la pena una vez que, aunque hayas dejado de regarla, aún sigue latiendo a distancia. Tengo un don para las plantas, les doy siempre su dosis de agua, las rozo de vez en cuando para que sigan estando vivas y las mezco, sin medidas. Espero que un día, por mucho que crezcan, echen flores, y deje de ser un amor para ser algo más grande.
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