Las olas no se dan cuenta de que solo quería jugar, no era necesario ser borde y echarme a la orilla para que luego me devolvieran al mar. Y tú, solecito mío, ¿quién te crees para robarme las pecas que me diste? Yo solo quería decirla que la regalo mi sonrisa a ese alguien tan especial. Que te quiero y no lo olvides que si no, te lo dirán las olas y si no, tengo refuerzos: Las Gaviotas.
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