Es andar quitando telarañas mientras el eco se calla, ver como crecemos y aun así nos queremos, entender que esta noche no tocaremos el cielo y seguiremos escondidos bajo el subsuelo. Notar como gira el mundo y el tiempo avanza, como no. Mirar a través del cristal de tu ventana y tener la certeza de tener las ideas claras. A veces sería un placer sacudir la noche de vez en cuando y así, ver como las estrellas nos llueven. Igual que nos llueve la inspiración según sube la marea. Puedo tener la posibilidad de respirar bien, de trazar un buen camino y seguir la dirección correcta. Pero ¿para qué seguir las reglas? Yo me doy la vuelta que me va a tocar correr… Aunque admito que estas noches las coca-colas no saben tan bien.
jueves
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