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martes

Wish you where here...

Vamos a escribir una historia, que sea totalmente fantástica, que no tenga nada que ver con la realidad. ¿Nos centramos en la amistad? ¿El amor? ¿Los dos? Casi es lo mismo. Digamos que esto trata sobre una chica, nada del otro universo, otra inconformista que se queja de la pasta que está hecha este mundo. Ya sabes, esa que anda distraída ignorando a quien pasa a su lado a no ser que griten su nombre, la que siempre lleva una botella de agua en el bolso y un par de céntimos para una cola de marca blanca. Pues esa es. Para que esta historia cobre sentido habría que inventarla un pasado pero no quiero hacerlo dramático, digamos que ella solo quería disfrutar y no dar explicaciones de porque se quería marchar. Le gusta complicar las cosas pero se la echaría en falta, organizadora de planes, sol de un sistema. Algo así. Estuvo enamorada ¡oh! ¿No suena romántico? No lo fue, quizás algún que otro detalle pero generalmente, no. Aunque, ya he dicho que no iba a profundizar en el tema. Bueno, pobre del que se topara con los brazos de la muchacha, pobre del que se enamoraba y la muy mala lo ignoraba. Pero un día, un bellísimo día, esta chica conoció a alguien, alguien inusual, o eso creyó. Ella solo quería jugar una vez más aunque esta vez quería llevarlo a un extremo. ¡Tonta! Se enamoró, perdidamente, cosa que con el tiempo la traicionó. Pobre el chico que la tuvo que socorrer, pobre su situación, maldito su buen corazón... Ella le acunó varias noches solo para verle dormir, estúpida ella que caía antes en la rendición, dormía profundamente, él en cambio creó un circuito al que la sometió. Y tras días de caricias y ningún otro tonteo... él la besó, los planes de ella se derrumbaron y desgraciadamente, cayó en la tentación. ¡Pobre! ¡Pobre que tonta! Lo da todo por él y él en cambio... digamos que continúa. Fueron rápido, sin duda ¿Pero por eso se acabó? ¿Se acabaron las risas tontas cuando le llamaba y las ganas de robarle un abrazo? ¿Tan rápido se fueron...? Tan rápido se fue. Ella siguió sin creerlo y le esperó, pensó que fue una mala racha... y que esa noche estaba con ella, cometiendo la locura de meterse en su cama tras una noche de fiesta, con la ignorancia de sus padres y el morbo de que pasaría si le vieran entrar en su casa y acariciar, besar, abrazar a su hija.... como si se tratase de su mayor tesoro. Pero eso no pasó, porque el no estaba, ella seguía soñándole e imaginando su sonrisa petrificada mientras la miraba. Ella le quería pero nunca tuvo el valor de decírselo. Y así se fue su segundo amor, así de rápido. Lo que daría por saborear una vez más sus labios y tener sus brazos rodeando su cintura, ¡que la ahogara si hiciera falta! Pero que estuviera allí....


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