Llega un momento en tu vida en el que decides frenar, vivir las cosas más despacio para poder ver que no todo es fiesta, que la vida no se basa en inhalar, ni tampoco en ver cuanta cantidad de bebida eres capaz de asimilar. Es entonces cuando te das cuenta de que entre las colonias hay una pequeña botella de vodka, que hay muchos huecos entre las fotos dónde falta su sonrisa, también que ese gato parece estar dormido pero que si te fijas en sus patas verás como inca las uñas sobre la almohada de felicidad. Te das cuenta, de que Julio se te fue de las manos, que Agosto fue desatando lazos y Septiembre, bueno, Septiembre intento atarlos...
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De repente te he odiado.
ResponderEliminar¿Por qué? :S
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