martes
Solo una vez más
No podría hablar de esa sensación. Es indescriptible debido a que hay tantos sentimientos entrelazados en hilos finos que no se pueden separar y explicarlo uno a uno es difícil o mejor dicho, demasiado. Pero solo hace falta ver una sonrisa, ver el momento, para certificar mi locura. En esta vista, si hay algo que te gusta, ve a por ello, es lo que pensé en ese instante. Le vi allí sentado, con el instrumento apoyado en su hombro y como apenas movía los brazos limitándose solo a un suave movimiento de manos. Y el resbalar de sus dedos sobre las finas cuerdas provocaba ese sonido. Puedo parecer una loca pero me hechizaba. Sabía que no podía marcharme, no sin saber algo más. Entablar una conversación, saber más de él, tener la oportunidad de tocar magia con mis dedos fue más que suficiente (de momento). A partir de ahora, él será mi nuevo reto, siempre que camine por Madrid. Es un pequeño detalle con el que me dura la sonrisa cuatro días. Y me encanta.
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