Mi cuerpo me engañó, tenía tal malestar en su interior que lo único que quería era descansar. No sé si fue porque apenas comió o por el simple hecho de presenciar imágenes impactantes. No lo sé. La verdad fue algo que me molestó pero analizando la situación tampoco fue para tanto. Si apenas podía mantenerse en pie y menos tumbado, ¿Qué narices iba a escribir? Para eso está la mañana, para eso existe la necesidad. La necesidad de parrafear palabras a descontrol. No es el momento, quizás hoy no.
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