La coca-cola que me acabo de tomar me hubiese venido mejor anoche. Aunque a estás alturas que más da. Necesitaba salir de estas cuatro paredes creyendo que mi necesidad era inhalar humo pero, no fue así, de hecho en todo el día no surgió las ganas de fumar. Solo fue media hora, lo que tardaba en ir a la tienda de fotos, los diez minutos de espera y más tarde la vuelta. En ese corto periodo he visto grandes cosas, he visto como un niño que apenas sabía caminar lo único que quería era estar abrazado a su hermano (deficiente mental). He presenciado a un grupo de personas reunidas aclamando a través de la megafonía un trato de libertad, reclamaban una democracia real ya. He apreciado algo de respeto entre el pueblo, he visto un perro encantador con una oreja en pie y la otra caída, que miraba a cualquiera embozando una sonrisa (o eso creía). Al llegar a mi destino, había un hombre negro con una cámara digital, antigua, de carrete y sin zoom. Quería hacer un revelado y ya de paso poder seguir haciendo fotos. No pude evitar reír al presenciar como le pedía al dependiente que le tomara una para estrenar carrete. El reírme acarreó sus consecuencias y no fue por su perfecto acento español. Espero que un día cuando vea esa foto no se sorprenda al no reconocer a aquella desconocida. No sé, curiosidades de la vida. Y para rematar, una de mis canciones favoritas en la radio de cualquier tienda y un detalle que era imposible no sonreír al verlo. Y más acordarse de eso.
Podría pasarme la vida entera contando detalles que me provocan sonrisas solo de pensarlos. Hay muchos, pero el que más risa me da es imaginarme a mí misma sonriendo. Tiene que ser tan vergonzoso. Golondrinas
Beauty queen of only eighteen
She had some trouble with herself
I don't mind spending everyday
Out on your corner in the pouring rain
Look for the girl with the broken smile
Ask her if she wants to stay awhile
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