martes
Me gusta cuando huele a tierra mojada, mejor dicho a asfalto, es lo que más se hace notar. Odio cuando el cielo se vulve negro aún haciendo calor pero si llueve, mejor, quizás pueda improvisar algún baile por las calles de Madrid. Como hice en su momento, no sé. Pero sería soñar demasiado, debería haberlo hecho ya o a ver salido hace un segundo aunque sea a la calle de enfrente de mi portal. Pero prefiero estar bien acompañada a sola, si no, pierde su magia. No pienso hablar, no hoy.
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