Cuando es invierno los árboles se desnudan pero antes de ello, está el otoño con los colores que nunca creeríamos ver. Aún escucha voces que no cree que quiera volver a escuchar de personas que nunca ha vuelto a ver. Sentir el frío en los pies no es símbolo de humanidad, contar los segundos de un reloj que va hacia atrás tampoco lo es, el segundo caso es más bien algo extraño mientras que el primero refleja mortalidad. Nunca entenderá la belleza de la mujer en su propia melena, la manera en que la moldea o intenta viajar con el viento. Más de una vez ha querido coger a alguien de la mano o simplemente rodearle con sus brazos como símbolo de cariño, nada más pero se hace difícil gracias a esta sociedad. Responder un gracias con un beso en la frente o acariciar el rostro de alguien con el pensamiento de que no hay nadie igual es más bien de enamorados. Más de una vez nace expresarlo y de doscientas veces que cruza el pensamiento solo se realizan tres. El día en que en una noche de invierno se plante alguien en su portal con una rosa será su eterno final porque descubrirá que siempre existió eso que llamó héroe aunque uno sea inconsciente de su identidad. Un héroe no obra bien, pinta sonrisas donde no le pertenece ganándose un hueco en el corazón de alguien.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario