(:

Abrí la vieja caja de música para buscar algo de inspiración. No la encontré. Mi inspiración estaba nadando en la sangre de mi cuerpo y allí solo encontré algo con lo que sacarla, algo que me ayudó a representar cada fibra de mi ser. Carboncillo. Una última mina de carboncillo vegetal que se deshacía entre mis dedos, el desagradable sonido de su rozar con el papel. Cada trazo era tan sucio pero perfecto, el resultado bello con ninguna línea definida, todas ellas fundidas en una sola creaban vida. Y yo con la sonrisa más bonita del mundo reprochando un abrazo, con la mirada ida y la imaginación por las nubes. No sé tú pero yo, estoy batiendo mi record: Cuatro días feliz. Me da mucha vergüenza admitir que es por ti.