Un día no se pudo resistir y prácticamente de rodillas suplicó: Bésame ¡por favor!
Ella tenía miedo y era tan extraño, él, aquél que siempre estaba gruñendo, que solo quería peleas y conocía a sus enemigos hasta las líneas de las manos. Siempre dispuesto a atacar, con un diccionario de insultos y críticas de memoria y sin duda alguna sabe donde hacer sangrar. No era posible, no con él. No mientras ella fuese bella y hermosa, mientras uniese hombres y mujeres, él los separaba y hacía que se odiaran, ella repartía cariño y ternura provocando felicidad, él amargura y rabia haciendo a la gente llorar. Él un cabrón, un diablo andante y ella un ángel. Que se encontraron en un parque cuando él hizo llorar a una chica y ella influenció a su amigo a que la abrazara, aún rechazándole e insultándole. Así, entre ellos también se pusieron a discutir, porque ella odiaba que la obligase a llorar y él a que ella obrara en contra del mal. Y así es como Odio se enamoró de Amor.
Bésame…
Y Amor Aceptó.
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