viernes
Here with you
Son pequeños detalles, algunos incluso estúpidos, quitarnos las lágrimas sin borrar el maquillaje es un don que tenemos las mujeres, es insignificante pero es muy grande. ¿Alguna vez has estado frente a tu ventana y has disfrutado de un amanecer? Con un café, caliente, así el invierno se hace más soportable, sin aliento, sin ninguna respiración al alcance de nuestros pulmones. Esa manera en la que tus mejillas tornan el color rosado del cielo, me resulta extremadamente maravilloso. Pero ante todo el inhalar el calor que asciende de tú café y acordarte de él, de que le quieres aquí, en este amanecer y quieres inhalar únicamente sus sentidos que es lo único que te hace enloquecer. Apoyar de manera discreta sobre su hombro tu cabeza y ver el paisaje girado noventa grados hacia la izquierda. Da igual, la magia es espléndida pero los altos edificios afean lo más bello que puede haber existido. Da igual ¿sabes por qué? Porque tú y yo moveremos esos edificios solo con señalarlos, los llevaremos lejos y nos dejaran disfrutar de nuestro momento. Nuestro amanecer, futuro atardecer, con nuestro café y mil sentimientos que esnifar, contigo a mi lado, creo que me voy a colocar.
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