He decidido hacer algo muy comprometedor para mi alma. Voy a escribir, sí, es algo normal en mí, la diferencia es que voy a decir todas esas cosas que sentiría, esas cosas que nunca me atreví a decirle a nadie, quizás por miedo, vergüenza o necesidad. Hoy te diría que cada una de tus miradas es para mí un océano de dudas a punto de desbordarse, repleto de preguntas como dónde estarás dentro de unos años, si será conmigo o esto terminará antes de que me tiempo a respirar. Hablaría de que no hay estrella más bonita que tus ojos al mirarme caminando mojada bajo la lluvia. Podría comentarte que tus brazos no me sirven de protección, no lo necesito, necesito sentir el calor de tu mano sobre mi espalda mientras bailamos un vals de esos en que la música no sonaba. Escribiría letras que hablasen del veneno de tus labios, que cada noche llego a casa borracha y no precisamente de alcohol, que un par de meses más bajo tu sombra acabarás desbordando mi sangre más allá del coma etílico. ¡Oh! Se me olvidó, ¿Te comenté acerca de mi sangre? Claro que no, estaba demasiado ocupada buscándote, buscando tus besos para terminar acariciando tu espalda y mordiendo con suavidad tu cuello. Que estúpida puedo ser a veces, evadirme de la realidad por una simple mirada que dios sabe si siente algo. Odiaría a mis padres, no sabes ni por qué. Me resultaría tan difícil quedarme una sola noche junto a ti, solo por ellos porque si fuera por mí, te daría mi aliento en cada respirar, acariciaría tu espalda hasta que tu alma sanara, te miraría, con deseo, con ganas, dejaría que mis ojos se resecaran solo por conservarte en mi cabeza hasta la eternidad. Si me vieras… Tendrías miedo, únicamente eso, miedo al encontrar el rostro con mayor desconcierto que verás en tu vida. Seré como un puzle sin acabar, una mirada que buscará respuestas en la tuya y se decepcionará al saber que allí no están. ¿Te querré? Me preguntarás eso miles de veces y yo únicamente contestaré “no lo sé”. Hasta en día en que no puedas más y quieras marcharte, te cogeré del brazo y te lo repetiré, “no lo sé, no puedo darte una respuesta clara ante algo que nunca he merecido, todavía no he conseguido asimilar que eres real. Me inyectaré todo lo que me aviva solo para quitarme esta cara dormida, que mi mirada ausente solo quiere llenarse de alegría, solo de verte, solo por imaginar que puedo tenerte. Por eso no me preguntes si te quiero, puedo afirmarlo pero mi voz levantaría huracanes de tanto miedo acumulado. Puedo escribirte, puedo demostrártelo, puedo intentar hacer que mi piel fría no te corte como si fuera un cristal, todo menos eso, yo solo quiero tu mano, que me ayudes a andar. Por eso dame valor para decirte esas dos palabras que tanto me aterran” Entonces me darás un beso y yo, con media sonrisa dibujada en los labios diré “Estaba equivocada, nunca conseguiré decírtelo, no lo conseguiré porque realmente ti amo”. Entonces tú me abrazarás y yo lloraré de rabia, golpearé tu pecho y gritaré mezclando mi voz con jadeos y suspiros. Señalaré a la Luna y admitiré mis celos, maldita perra que te espía todas las noches ¿Ella podrá y yo no? Te reirás, claro que lo harás pero luego tus labios tornarán seriedad cuando averigüen que es verdad. Me tomarás por loca, te alejarás. Pero verás mis ojos encharcados en nostalgia por tenerte a dos metros alejado de mí. Y te odiarás, me odiarás y me abrazarás con tanta fuerza que gritarás “¡Que sea cierto el jamás!” “¡Oh… Cállate!” Y cuando estemos de camino y vayas con la intención de abandonarme en mi casa me abrirás las manos y depositando el vacío, el aire me dirás “aquí te dejo tu humanidad”. Te irás, claro que lo harás pero sabré que mañana volverás aquí, para saciar mi sed, para saciar mis ganas de ti, tus ganas de mí.
Solo me quedo con esa amarga frase: "I wanted it to be real"
(No existe)
No hay comentarios:
Publicar un comentario