¿A qué no sabes qué? Es hora de ir hacia abajo en llamas y te voy a llevar conmigo porque yo no estoy diciendo lo siento, porque todos mis actos tienen defectos pero sabía que algún día nos volveríamos a ver. Porque contigo no puedo imaginarme un momento en que la verdad corriera libre, el nacimiento una canción… un nuevo sueño. Esta historia es interminable, la pagamos con nuestro propio orgullo y destino, estamos destituídos de la gloria perdidos en nosotros mismos. Nunca olvidaré, nunca me arrepentiré porque a partir de ahora voy a vivir mi vida. Y como ya he dicho, te voy a llevar en llamas, coge tu arma, es hora de ir al infierno porque yo no soy un héroe, no soy culpable de tus cargos. Estando contigo encuentro mi fe, lo hago viviendo en el pecado, no soy distinta a ti en esto, la diferencia es que yo soy un continuo nacimiento de sueños rotos. La respuesta es simple solo que nunca es lo que parece.
Vendí mi alma al cielo y al infierno, morbosos por saber mis secretos pero nunca los contaré. Yo tengo la culpa de la carga de mis sueños. Un millón de pequeñas piezas, lo hemos dividido en dos, un millón de pequeñas piezas que he ganado de ti. Déjalo ir, déjame ir.
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