Pages - Menu

Popular Posts

domingo

No lo sabes

No lo entiendes y estoy cansada de deber explicaciones. O al menos esa es la sensación que me da. Estoy cansada, cansada de que me dirijan la palabra y parecer siempre enfadada. Pero, ¿Tú qué sabrás? Si no sabes lo que es vivir con miedo. Vivir desconfiada de tu alrededor mientras sujetas con fuerza las llaves de tu casa. Por miedo a que harán. Y tu dirás que has sentido ese miedo, que has temido recibir una paliza o que te roben en mitad de la noche. Pero digo yo ¿a caso te atreves a comparar? Al miedo de que te harán, de cómo te usarán. Desconoces lo que es caminar por la calle a la defensiva por lo que dirán, incluso murmurarán. Por lo que cientos de mentes no pensantes traman sobre ti. No sabes lo que es estar cansada de deber explicaciones, de correr, de llorar, de la rabia que te da la sociedad. No sabes lo que es estar cansada de que te culpabilicen de sus actos, que no los tuyos. 

De que la víctima sea la culpable.


 No lo sabes.

No sabes lo que es luchar por una batalla colectiva que se convierte en tu día a día. Y eso no es vivir. 

Porque sabes que nunca vas a ganar


viernes

La Verdad

En ocasiones tu sonrisa se complica. A veces por el dolor que alberga tu cuerpo, otras veces por el sufrimiento de los demás.  Y en ese momento dices ¿qué más da? Lo que luches, lo que finjas, lo que trates de aliviar. No nos enseñan a paliar el dolor, ni siquiera el ajeno. A mi un día me enseñaron a ser enfermera, ¿Sabéis? pero ahí no te enseñan más que tonterías. Estupideces sobre el espíritu, las creencias de las personas y como encaminarlas. Pero dime tú a mí, de que sirve la teoría si el día en que moriste murió Dios en tu presencia. Se fue de mi vida y nunca más supe. Por ello, la teoría es preciosa pero nadie nos enseña a sanar, y menos a uno mismo. Cuántas han sido las veces que he pedido auxilio por no dejar morir. Por sentir la presencia de todos aquellos que se fueron ante mis ojos, de todos aquellos a los que no pude ayudar. Las lágrimas que derramé a escondidas porque si no, cariño, no eres profesional.

Nadie entiende esto. Nadie entiende la necesidad de querer llegar a casa y que tengas que fingir. No eres nadie para desatar una bomba atómica en los corazones de los demás. El sufrimiento ajeno no está hecho para el ser humano, somos animales egoístas por naturaleza.

Entonces un día lo supe. Algún día, cuando el corazón y el cuerpo se pongan de acuerdo, romperé. Y lo haré sin miedo a lo que digan los demás. Romperé de tal manera que me escucharán hasta el mismísimo infierno.

Hasta entonces sonreiré, una y otra vez, con la boca torcida, con lágrimas en los ojos. Y trataré de ser la mejor versión de mi misma para los demás. Pero estoy pidiendo auxilio. Lo necesito. Necesito que alguien cargue conmigo todo este peso porque seguir así, hará que no pueda volver a reír.