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miércoles

Aquel que me conoce

Antes de conocerte solia despertarme en otra habitación
con una terraza,  la luz la iluminaba
y yo solia salir en bragas a disfrutar del sol
Lo unico que necesitaba era su mirada,
incandescente, venía y volvía
y mientras lo hacía, me desesperaba.
Antes de conocerte despreciaba las palabras.
No me valian,  solo los hechos contaban.
Entendí entonces que ya no era nada,
que necesitaba entenderlo si lo que queria era magia.
Y sin saber cómo,  cuando ya apenas respiraba
descubrí que en el fondo no estoy hecha para ser amada.
Por que soy esa clase de personas un poco maleducadas
que no se callan, que no temen a la batalla.
Pero mentiría diciendo que no tengo miedo
a esos pequeños revueltos,  los sentimientos
tan soeces e inoportunos
que parece que llegan para remover tu suelo
y provocar un colapso en tu pequeño universo.
Aprendí,  sin duda que lo hice,
a no conocer tus rincones,
autoconvencerme que son rumores
y que a la persona que quise
ni tu mismo la conociste.

La verdad dudo haber hecho las cosas mal,
no me asusta pensar en tu partida,
jugué con mis mejores cartas,
en mi defensa puedo alegar 
que nunca dejaste de importarme,
que sólo te dejé de molestar.
Estoy creciendo y aceptando 
con un poco de dolor entre los hombros
que a veces lo que quiero
puede no ser lo mejor para mis planes,
tal vez haya otras músicas que no he escuchado,
historias para escribir 
y el alivio de una tranquilidad entre los ecos
del vacío que implica estar solo.
La verdad es que no puedo arrepentirme de nada,
a mí no me dio temor 
mostrar el lado frágil de mi alma, 
y te voy ser sincera
agradezco cada instante donde elevaste 
mi conciencia y sentimiento, 
pero no puedo cargarte en mis brazos
ni dejar que camines sobre mi espalda,
merezco lo que he dado, 
no la atención que forzadamente 
tú me vas dando entre migajas

Aquel que me conoce sabe, y detesto saberlo
que aunque pierdo, siempre me acuerdo
y que si un día me hiciste daño
intentaré, dentro de lo posible, entenderlo.
El que me conoce sabe que siempre estoy allí
si tu barco a naufragado
o si tu universo se ha colapsado y necesitas salir.
Por ello siempre doy la mano y extiendo ambos brazos.
Te cambio cada decepción
por la oportunidad de ver la belleza.
Lo doy todo, pero no amarro,
me quedo, pero no dependo

Y pienso, creo, que para valorar algo hay que entenderlo.
No eres uno de muchos.
     Revolucionas mis motores, me fascinas. 
          Quiero sacar lo más salvaje y alocado de mí contigo. 
              Algo tienes que te hace especial y que hace que me encantes.
Bienvenido a la oportunidad de sentirte único


domingo

Mother

Me pueden llamar mimada, niña de mamá y mil cosas más.  La verdad es que no dependo de ella pero si la necesito. A pesar de tener ideas tan contrarias, estar el setenta y dos por ciento del tiempo enfadada, es la única que me entra en razón. "He decidido pasar de los hombres" le decía hoy "al parecer no los hay que quieran arriesgar más que por una noche loca". Solo ella es capaz de mantener el silencio en ese momento y decir con total serenidad "es una buena opción, ya llegará". Y aunque sepa que sea una gran mentira, que me tiraré a la piscina por el primero que me descoloque las piezas del juego y lloraré, seguramente, por que ha decidido marcharse sin dar explicación, estará allí, presente, con un "te lo dije" y un "te mereces lo mejor". Mi madre me decía que seré una persona extraordinaria, que moveré corazones y comprendere lenguas aún desconocidas para la mayoría de nosotros. Y que quizás para alcanzar esa belleza, ese don, no me hagas falta distracciones, que quizás Dios no me ha enviado al adecuado en su lugar. Aunque no crea en Dios, prefiero hablar de fuerzas, de naturaleza. Pero aunque Dios se ponga entre nosotras, al fin y al cabo es en lo único que nos hacemos dudar, el que me ha hecho como soy y nunca admiti ni quise agradecerle por esta satisfacción. Y es que mi madre no comprende que hace seis años tuve una conversación con él, muy fríamente, amistosamente y decidimos ir por caminos separados ya que eramos incapaces de tolerarnos. Pero que yo sepa, no guardamos rencores, no que yo este al tanto.

viernes

Just try

Debo admitir que adoro la sensación de apagar el interruptor. Ahora si, ahora no. Me gusta involucrarme en contradicciones que no llevan a ningún lado y que de repente, sin saber como, nunca existieron. Derrocho mi cariño con quien pretenda mantenerme a su lado, quien sin dudarlo haya puesto el lazo alrededor de mi cuello y me haya hecho caer en su engaño. Del para siempre, del nosotros, del nunca habrá abandono. Me gusta la sensación de no sentir afecto hacia las personas, a excepción de pocas, pocas que me acomodaron en su lecho. Odio tener la sensación de que me preocupo por aquel que no quiere quedarse a mi lado. Pero lo que más odio es la ingenua idea de odiar a todos pero negar siempre su lado malo. Ver oportunidades, bondad en aquellos que no te lo han demostrado. Y seguir luchando a ciegas por un abrazo.  Por que se que en el mundo hay raritos sueltos como yo, personas que se comunican con los gestos y los abrazos, personas que se miran y en un cruce se han hecho el amor tres veces si fuese necesario.  Personas que se ríen de si mismos, de los demás y no necesitan tener a nadie a su lado. Bichos raros que quieren buscar aventuras con alguien que jamás le prestará su mano. Porque la aventura, la locura y la sensación de vivir esta en intentarlo.

I grew up

Los sentimientos son traicioneros. Te pasas toda tu vida tratando de controlarnos, impidiendo que te afecten, sobreviviendo, siendo fuerte y cuando crees que has ganado la batalla, te traicionan. Te derrumban, te destrozan y luchas en su contra. Pretendes mantenerte en pie con la mirada fija en la nada, con la mente silenciada hasta que sin saber como, dejas de tener el control y la palanca que forzabas ha cedido el paso porque fuiste incapaz de mantenerte firme. No tienes a que aferrarte y ahí, es cuando caes. Y lo que antes era la calma, ahora es la tempestad. Sin saber como, te has convertido en aquello que tratabas de evitar. Claro, puedes fumarte un cigarro si quieres pero no funciona ¿verdad? Esa angustia que sientes en tu interior sigue persistiendo. Y solo quieres gritar... y gritar y gritar y gritar. Pero que nadie te escuche. Quizás estaría bien aporrear esa balda de metal. Seguramente te haría sentir mejor. O hablar de esto, quizás eso te sentaría como una bolsa de oxicodona.


¿Hablar de qué? Esa es la cuestión.


Quizás es hora de que aceptes que descubrir que eres tipo seis fue la mayor excusa que has tenido. El tiovivo nunca deja de girar. Tengo que creer que hay una manera. Tiene que haber una manera de bajarse del Tiovivo. Para empezar de nuevo... Tiene que haber una manera de dejar todos mis fantasmas atrás. Es tomar una decisión . Es una decisión que estoy tomando para seguir adelante. Para poder ir más allá, alejarme. Puedo hacer eso. Todo lo que tengo que hacer es empezar. Empezar de nuevo.

Si me tumbo aquí 
Si tan solo me tumbara aquí
¿Te acostarías conmigo y olvidarías el mundo?
No se explicar bien 
como me siento
Esas tres palabras 
se dicen mucho
y nunca son suficientes 
Olvida lo que hemos dicho 
Antes de que nos volvamos viejos
muéstrame el jardín que arde dentro de nuestras vidas
Perdamos el tiempo 
persiguiendo coches
alrededor de nuestras cabezas
Necesito tu bendición 
para recordarme 
para encontrarme


Empezar de nuevo

Dudarte tanto es otra forma de morir

Me he despertado con la ilusión de tomarme un café bien espumado, fuerte, cubierto de canela que impregne de olor la cocina, y mi ropa, las ganas de verte. He tenido una conversación con el reflejo de la ventana y me insiste en que deje de buscar excusas para no merecerte. Dice que tengo demasiadas heridas abiertas que están sanando pero que, de alguna forma, y no quiere mirar a nadie, se renuevan cuando ya están cicatrizando. Me acusa de masoca y homicidio mental. A veces llego a creer que me odio aunque sea una mínima parte, pero reconozco que mi ego es grande como el sol y admito que eso es impensable. Pero a su vez, no me permito ser feliz. Ni que lo sean a mi lado. Es una constante lucha de caer en lo contradictorio e intentar convencer al resto de que existe una lógica obvia entre lo que hago y lo que digo.

Al parecer soy un personaje ficticio que existe únicamente en mi cabeza. Si la gente tuviese que hablar y definir este ente, estoy segura de que cada uno diría cosas muy distintas. Algunos dirían que soy romántica, otros que soy demasiado buena, una arpía, sentimental, borde, cría, enfadica, soñadora, realista, pesimista, farsante, fría...

Y todas esas definiciones serán verdad. Porque miento más que hablo, trato de ser una persona que jamás seré, me preocupo demasiado por los demás y a la  vez me importan más bien poco, soy directa y sincera y creo en el amor pero afirmo firmemente que no está hecho para mí. Me creo guapa y a la vez sencilla, me creo elegante de noche y perroflauta de día, me bauticé como la persona que conserva veinticuatro cosas que nunca te dijo y la que habló para mover montañas cuando se lo permitió el tiempo. Soy fuerte, valiente y estoy segura que puedo vencerte si quiero. Pero es que si te quiero... Serás el talón de Aquiles que me desnudará hasta convertirme en vulnerable, débil y cobarde. Negaré mis palabras y haré que poco a poco, quieras marcharte. Y una vez más, volveré a negar que no me odio, que me permito ser feliz pero sin nadie a mi lado, que no lo necesito aún cuando quiero intentarlo.

Me he acostado con ganas de saborear un whisky frío, con dos, tres hielos. Con la intención de sumergirme en el agua que cubre esta bañera y por un segundo, sentir la angustia de no poder respirar. Sentir el miedo de que algún día todo puede terminar.