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domingo

Amo la mala vida. Enredarme en el humo de sustancias psicoadictivas, el olor a biela, las incontrolables ganas de llenar una vez más el vaso con un poco de emoción. Pero me cansa. Me agota esta situación y no hay ninguna droga que la haga olvidar. Entonces pienso y algo, aunque sea pequeño, me hace odiarme cada día más. Ser como soy es agotador. Harta de ser la simpaticona y al día siguiente la filosófica, harta de que mis te quiero suenen tan poco creíbles y que cuando encuentro el "amor"... ¡Ay el amor...! Cuando lo encuentro, no es más que otra historia de alguien que huyo de mi colchón.

Sin respeto, una dama más disfrazada de pared, una perra sin su dueño, inhala humo, lo suelta en cada calada y tras largas horas, su luz se apaga. No es una super nova, ni un sol, siquiera una estrella. No es nada. Pero cuando habla de amor, va tras el, habla si puede, grita si siente pero duda de a quién quiere y la hace feliz. Tiene los pies fríos de tanto pensar, la cabeza hueca y el corazón comio'. No le queda nada, más que callar.

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